Tuvimos el placer de conocer a Roman, un estadounidense afincada en Puerto Real, que bajo a acompañarnos hoy, y menos mal que lo ha hecho porque creo que nos hubiéramos quedado desanimos mucho más rápidmente si no estuviera. Hay un levante impresionante arrasando el Estrecho hoy, y aunque ha dejado un cielo precioso, es un lastre - como siempre, lo cogimos por la cara.
Pero, al mismo tiempo, ¡qué ilusión subir la colina de San Bartolomé y ver abajo la curva dorada de la Playa de los Lances, los cumbres azul de Marruecos...!
Y es Tarifa. Tarifa no sería Tarifa si no fuera por los vientos que arrancan ambos lados del punto de Cádiz. Puedo entender ahora porque había tasas de suicidio tan altas debido al viento: pero al mismo tiempo, el viento ha dado un tipo de prosperidad a la ciudad también, gracias al mundo de deportes como kitesurf. (Y, al mínimo, ¡¡no hay lluvia!!)
Ahora estamos en unos de los cámpings cerca de Punta Paloma. Creo que sea mejor quedar hasta mañana la entrada triunfal a Tarifa pueblo....
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