Sonrisas por todos lados

Hay una luna nueva hoy, y aunque no quiero repetir lo que ya he dicho cien veces (pero, ¿qué más da? es MI bitácora)....casi es hora. Empezamos la ruta cuando tenemos la próxima luna llena y no hay palabras para describir las ganas que tengo para irme.

La semana pasada recibí la última entrega del calzado y ropa de Salomon (y hay que decir que hay unas prendas muy, muy monas, incluso unos pantalones cortavientos que serán muy útiles cuando pasamos por las tierras frías de Soria. Pero como no quiero arriesgar irritaciones en mi...uj....partes femininas, pongamos, también compré unos culottes ligeras y fácil de lavar para llevar debajo de dichos pantalones, lo que me da más variedad al momento de eligir lo que voy a llevar puesto cuando nos vamos de viaje. (Y después de la gota fría que sufrimos ayer - cayerón las temperaturas unos 13 grados - estoy más consciente de la necesidad de vestirme bien para cualquier cosa que surja con el tiempo.)

En lugar de ir tirando hacia Madrid en la mitad del viaje, cuando tenemos el día de descanso en Aranjuez, he pedido a un amigo de Gonzalo que vive allí guardar una bolsa con ropa de repuesta con cosas que voy a necesitar en abril. Creo que eso es básicamente lo que hacen los montañeros que hacen excursiones más largas, dejar lotes de comida y equipamiento en el camino. La mochila tendrá el material y cosas para Castilla - La Mancha y Andalucía (aún no tengo cuanto pesan 5.000 etiquetas), y un lote de cosas de aseo personal, como detergente para ropa, jabón líquido, et.c. Es verdad, no es exactamente como dejar un lote de botellas de oxígeno al lado de Everest pero me parece más lógico hacer eso en lugar de traer todo, todo y todo desde el principio.

Y, ¿qué más queda? Videocámara, un lote más de pilas recargables, un par de sóstenes nuevas y una descarga del software para editar los minidocumentales. No creo que voy a poder colgar los minidocumentales en el web hasta que vuelva a Madrid, pero prefiero arreglar todo que puedo antes de irme, y ya.